Joana RosselloImplantes dentales¿Puedo ponerme implantes dentales si no tengo hueso?

¿Puedo ponerme implantes dentales si no tengo hueso?

Si vives en Palma de Mallorca y te han dicho que no puedes ponerte implantes dentales porque “no tienes suficiente hueso”, no te preocupes: sí es posible.
Ésta es una situación más común de lo que parece, y la buena noticia es que la implantología moderna ofrece soluciones eficaces y seguras incluso en casos donde el hueso natural es escaso.

Gracias a los avances en cirugía regenerativa, hoy podemos reconstruir el hueso perdido mediante injertos y técnicas de regeneración ósea, creando una base sólida sobre la que colocar los implantes con total estabilidad.
En nuestra clínica en Palma, realizamos siempre un estudio personalizado con la tecnología más avanzada para poder evaluar la cantidad y calidad de hueso disponible antes de comenzar el tratamiento.

Si observamos que falta hueso, planificamos un injerto adaptado a tus necesidades. Se trata de una cirugía menor, sin dolor y con resultados muy predecibles.

“No tener hueso no significa que no puedas llevar implantes dentales, sino que primero hay que preparar el terreno para hacerlo posible de manera segura.”

Joana Rosselló Alba

Por qué puede faltar hueso en el maxilar o la mandíbula

La pérdida de hueso en la boca es un proceso natural que ocurre cuando se pierden los dientes, y suele avanzar de forma lenta y silenciosa. También puede producirse cuando el paciente no controla la periodontitis que padece, ya que esta enfermedad evoluciona provocando la pérdida tanto de los dientes como del hueso circundante.

Muchas personas en Palma acuden a nuestra clínica años después de haber perdido un diente, sin saber que el hueso de esa zona ya se ha ido reduciendo con el tiempo.

Estas son las causas más habituales de la pérdida de hueso:

  • Pérdida de dientes sin reemplazar.
     Cuando un diente se pierde y no se sustituye, el hueso que lo sostenía deja de recibir estímulo y se va reabsorbiendo, igual que un músculo que no se utiliza.
  • Enfermedad periodontal (piorrea).
     Las infecciones de las encías destruyen progresivamente el tejido óseo de soporte.
  • Traumatismos o infecciones antiguas.
     Un golpe o una infección no tratada pueden deteriorar el hueso con el paso del tiempo.
  • Uso prolongado de prótesis removibles.
     Las dentaduras que se apoyan directamente sobre la encía pueden acelerar la reabsorción del hueso, especialmente en pacientes mayores.
  • Factores genéticos o metabólicos.
    Algunas personas tienen una densidad ósea más baja por naturaleza o tienden a perder hueso con la edad. En estos casos, es importante tener en cuenta que, si detectamos ciertos problemas, no sería posible realizar el tratamiento.

En los tratamientos de regeneración ósea, la elección del tipo de injerto no depende de si el hueso es más denso o más blando, sino de los objetivos clínicos que se quieran alcanzar en cada caso. Lo fundamental es valorar qué se necesita recuperar o reforzar para garantizar la estabilidad y funcionalidad del futuro implante.

Por eso, en la Clínica Joana Rosselló de Palma de Mallorca siempre realizamos un diagnóstico completo antes de planificar el tratamiento. Evaluar la calidad y cantidad del hueso es el primer paso para diseñar una regeneración personalizada y lograr el mejor resultado funcional y estético.

¿Qué soluciones existen para ponerse implantes cuando no hay suficiente hueso?

Cuando falta hueso, el injerto óseo es la mejor solución para poder colocar implantes con éxito.
Este procedimiento permite regenerar el hueso perdido y crear una base sólida donde el implante quede perfectamente anclado.

En el maxilar superior, cuando no hay hueso en las zonas posteriores, el procedimiento de elección en muchos casos es la elevación de seno, ya que permite ganar altura ósea suficiente para la colocación del implante.

En la Clínica Joana Rosselló, en Palma de Mallorca, realizamos este tipo de intervenciones a diario con técnicas mínimamente invasivas.

En cualquier caso, el objetivo es siempre el mismo: que el paciente pueda recuperar sus dientes de forma segura, cómoda y duradera.

El proceso de injerto óseo consiste en añadir material biocompatible (ya sea del propio paciente o de origen sintético o natural) en las zonas donde el hueso se ha reducido. Con el tiempo, ese material se integra por completo con el hueso existente, dando lugar a una estructura nueva y resistente sobre la que colocar los implantes.

Es importante destacar que no se trata de una cirugía dolorosa.
Se realiza con anestesia local —en ocasiones con sedación consciente si el paciente lo prefiere— y el postoperatorio es generalmente muy llevadero.
En la mayoría de los casos, bastan unos pocos días de reposo relativo y una dieta blanda temporal para asegurar una buena recuperación.

Según el grado de pérdida ósea, el injerto puede realizarse antes de colocar el implante o al mismo tiempo, si la cantidad de hueso remanente lo permite.
El especialista determinará cuál es la mejor opción tras el estudio radiológico en 3D.

Tipos de injertos de hueso utilizados en implantología

No todos los pacientes necesitan el mismo tipo de injerto óseo.
La elección depende de la cantidad de hueso que falte, la zona donde se colocarán los implantes y el estado general de la boca.
Por eso, antes de decidir, en la Clínica Joana Rosselló, en Palma de Mallorca, realizamos un estudio en profundidad que nos permite planificar cada caso con precisión milimétrica.

A continuación, te explicamos los principales tipos de injertos que utilizamos en implantología dental y sus ventajas:

Injertos autógenos o del propio paciente

Es el tipo de injerto más natural, ya que se obtiene del propio paciente, normalmente de una zona cercana dentro de la boca (como la mandíbula o la barbilla).
Este hueso es totalmente compatible y tiene una gran capacidad para regenerar tejido nuevo, porque contiene células vivas del propio organismo.

La principal ventaja del injerto autógeno —es decir, tomado del propio paciente— es su total biocompatibilidad: no existe riesgo de rechazo ni de transmisión de enfermedades, y favorece una integración ósea rápida y estable.

Sin embargo, extraer este tipo de injerto implica una intervención adicional. Aunque es un procedimiento sencillo, la zona donante puede quedar más afectada de lo que comúnmente se cree. En la actualidad, la zona de elección suele ser la rama mandibular, ya que la barbilla ha dejado de utilizarse con frecuencia por este motivo.

“Profundizaremos en este tipo de injerto en un artículo específico sobre los injertos autógenos.”

Injertos de banco o alogénicos

En este caso, el hueso proviene de donantes humanos y se obtiene de bancos de tejidos autorizados.
Se somete a procesos de esterilización y control muy rigurosos, garantizando su total seguridad.

La gran ventaja es que evita la necesidad de tomar hueso del propio paciente, reduciendo el tiempo quirúrgico y el postoperatorio.
Se integra bien y es una alternativa muy utilizada cuando se necesita regenerar zonas amplias o con poco volumen óseo.

Injertos de origen animal (xenoinjertos)

Estos injertos se fabrican a partir de hueso bovino o porcino cuidadosamente tratado para eliminar cualquier componente orgánico.
Solo queda la matriz mineral, que actúa como una “estructura guía” sobre la que el cuerpo del paciente genera su propio hueso.

Son materiales biocompatibles y seguros, muy utilizados en implantología por su eficacia y su amplia disponibilidad comercial. De hecho, es el tipo de injerto que usamos con más frecuencia en la práctica clínica. Su comportamiento es muy predecible, aunque —como ocurre con todos los procedimientos de este tipo— su éxito depende en gran medida de la técnica del operador, lo que lo convierte en un tratamiento altamente técnico-dependiente.

Materiales sintéticos o hueso artificial

El llamado “hueso artificial” es un material fabricado en laboratorio, compuesto por fosfato cálcico, cerámicas o biovidrios que imitan la estructura del hueso natural.

Son totalmente biocompatibles y se integran de forma progresiva con el hueso del paciente.

Se utilizan especialmente en defectos pequeños o como complemento de otros injertos. Además, no conllevan riesgo de rechazo ni de transmisión de enfermedades, por lo que son una opción muy segura y versátil.

En muchos casos, el especialista combina varios tipos de injertos —por ejemplo, hueso autógeno y material sintético— para aprovechar las ventajas de cada uno y conseguir una regeneración más completa.

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Técnicas de regeneración ósea antes de colocar un implante

Una vez diagnosticada la falta de hueso, el siguiente paso es decidir qué técnica de regeneración ósea se utilizará para recuperar el volumen necesario.

En la Clínica Joana Rosselló, en Palma de Mallorca, aplicamos distintas técnicas dependiendo de la cantidad de hueso que falte y de la zona a tratar, siempre con un enfoque mínimamente invasivo y planificado digitalmente mediante TAC 3D.

El objetivo de estas técnicas es reconstruir el hueso reabsorbido para que el implante pueda colocarse en una posición estable, estética y funcional.
A continuación, te explicamos las más habituales.

Regeneración ósea en anchura (aumento lateral)

Cuando el hueso es demasiado estrecho y no puede sostener un implante, se recurre a la regeneración ósea en anchura.
Esta técnica permite ensanchar la base del hueso aplicando injertos particulados (en polvo) o pequeños bloques de hueso que se integran con el tejido existente.

En la gran mayoría de casos, se combina con una membrana de barrera que protege el injerto durante la cicatrización, favoreciendo la creación de nuevo hueso en la zona tratada. 

El resultado: una estructura ósea más ancha, firme y lista para recibir los implantes.

Puedes conocer más sobre esta técnica en nuestro futuro artículo sobre regeneración ósea en anchura.

Regeneración ósea en altura (elevación de seno maxilar)

En el maxilar superior, especialmente en la zona de los molares, es común que falte altura de hueso debido a la cercanía del seno maxilar.
Cuando eso ocurre, la solución más efectiva es la elevación de seno maxilar, también conocida como sinus lift.

El procedimiento consiste en levantar suavemente la membrana que recubre el seno y colocar material de injerto en el espacio creado.
Con el paso de los meses, ese espacio se rellena de hueso nuevo, permitiendo colocar implantes con total seguridad.

Es una cirugía muy frecuente y predecible, con tasas de éxito superiores al 95 %.

Gracias a la planificación 3D y a las técnicas actuales, en nuestra clínica en Palma realizamos este procedimiento de forma rápida, indolora y con una recuperación muy cómoda.

Esta técnica la detallaremos en profundidad en un artículo específico sobre regeneración ósea en altura.

Injertos autógenos o en bloque

Cuando la pérdida de hueso es más severa, se recurre al injerto óseo en bloque, utilizando fragmentos de hueso del propio paciente (normalmente de la mandíbula o del mentón).
Ese bloque se fija en la zona deficitaria con pequeños tornillos de titanio, actuando como una base sólida sobre la que el organismo genera nuevo hueso.

Aunque es una técnica más compleja, ofrece resultados excelentes en casos de gran pérdida ósea. La integración es completa y permite colocar implantes donde antes era imposible.

En nuestra clínica de Palma de Mallorca, cada caso se estudia de forma individual, valorando la densidad ósea, la anatomía del paciente y las posibilidades de regeneración natural.
El resultado: tratamientos seguros, estéticos y con una base ósea fuerte para toda la vida.

Cómo se realiza un injerto óseo paso a paso

Una de las dudas más habituales de nuestros pacientes es cómo se lleva a cabo exactamente un injerto de hueso.

A menudo, los pacientes imaginan una cirugía compleja o dolorosa, pero lo cierto es que se trata de un procedimiento seguro, controlado y mucho más sencillo de lo que parece.

En la Clínica Joana Rosselló realizamos este tratamiento de forma ambulatoria, es decir, sin necesidad de hospitalización. El paciente puede marcharse a casa el mismo día, con las recomendaciones necesarias para una buena recuperación.

A continuación te explicamos, de manera sencilla, las etapas del procedimiento.

1. Diagnóstico y planificación digital

Antes de cualquier cirugía, se realiza un estudio con TAC 3D y escáner intraoral, que nos permite conocer el volumen exacto de hueso y planificar la intervención con precisión milimétrica.
En función del resultado, se selecciona el tipo de injerto más adecuado (autógeno, de banco, sintético o combinado) y la técnica de regeneración correspondiente.

2. Anestesia local y sedación opcional

El injerto se realiza bajo anestesia local, por lo que el procedimiento es completamente indoloro.
En pacientes más aprensivos o cuando la intervención es extensa, puede utilizarse sedación consciente, supervisada por un anestesista, para que el paciente permanezca tranquilo y relajado en todo momento.

3. Colocación del injerto óseo

Una vez anestesiada la zona, el cirujano prepara cuidadosamente el área donde falta hueso.

Un aspecto fundamental en esta fase es el manejo de los tejidos blandos. Éstos deben desplazarse de forma precisa para cubrir el injerto sin ejercer ningún tipo de presión sobre él. Esto es clave para favorecer una buena cicatrización y asegurar la integración del material regenerador. 

Luego se coloca el material de injerto en el lugar planificado:

  • Si es un injerto en bloque, se fija al hueso con pequeños tornillos de titanio.
  • Si es particulado o en polvo, se moldea en la cavidad ósea y se cubre con una membrana protectora que facilita la regeneración natural del hueso.

Este paso puede durar hasta 3 horas, dependiendo de la complejidad del caso.

Se trata de un procedimiento meticuloso que exige respetar cada fase del protocolo quirúrgico para garantizar un resultado predecible y seguro. Esta duración se halla completamente justificada ya que cada detalle influye directamente en el éxito del tratamiento.

4. Suturas y control postoperatorio

Una vez finalizada la colocación, se sutura la encía y se revisa la estabilidad del injerto.
El paciente se marcha a casa con las indicaciones médicas precisas: reposo relativo, medicación antiinflamatoria y una dieta blanda durante unos días.

En la primera revisión —normalmente a las 48 o 72 horas— comprobamos la correcta cicatrización y resolvemos cualquier duda.

5. Periodo de integración y colocación del implante

El hueso injertado necesita un tiempo para integrarse y transformarse en tejido óseo propio.
Este proceso de osteointegración suele durar entre 4 y 6 meses, aunque en algunos casos puede extenderse hasta los 9 meses, dependiendo del tipo de injerto utilizado y de la respuesta individual del paciente.
Adelantarse a ese tiempo puede comprometer el resultado, ya que el injerto podría no consolidarse correctamente o incluso reabsorberse.

Una vez el nuevo hueso está completamente integrado, se procede a colocar el implante dental sobre una base firme y segura.

Gracias a esta planificación paso a paso, los injertos óseos se han convertido en un procedimiento rutinario, preciso y muy predecible.

En Palma, cada año tratamos a numerosos pacientes que, tras pensar que “no tenían hueso”, hoy disfrutan de sus implantes con total normalidad y confianza.

Cuidados y recuperación después del injerto de hueso

El proceso de recuperación tras un injerto de hueso es, por lo general, rápido y sin complicaciones.
En la mayoría de los casos, los pacientes de la Clínica Joana Rosselló, en Palma de Mallorca, retoman su rutina habitual en pocos días, siguiendo unas sencillas recomendaciones que aseguran una correcta cicatrización y el éxito del tratamiento.

La clave está en seguir las indicaciones del especialista y mantener una buena higiene oral durante las primeras semanas.
 A continuación te explicamos cómo hacerlo paso a paso.

1. Control del dolor y la inflamación

Después de la cirugía, es normal que aparezcan molestias, hinchazón e incluso hematomas en la zona tratada. Aunque en algunos casos el hematoma es leve, en muchos otros puede ser más visible y extenso, dependiendo de la sensibilidad individual y del tipo de intervención realizada.

En nuestra clínica, gran parte de los tratamientos se realizan bajo anestesia, lo que no solo mejora la experiencia del paciente, sino que también optimiza el control postoperatorio. De hecho, iniciamos la medicación antiinflamatoria y analgésica por vía intravenosa antes de finalizar el procedimiento, lo que permite que su efecto comience antes de que pase la anestesia.

Gracias a este enfoque, el dolor y la inflamación suelen mantenerse dentro de límites controlables, favoreciendo una recuperación más cómoda y predecible.

2. Alimentación adecuada

 Durante los primeros días se recomienda mantener una dieta blanda y templada.
 Evita alimentos muy duros, crujientes o calientes, ya que podrían irritar la zona del injerto.
 Lo ideal es optar por purés, yogures, sopas suaves o pescado blanco.
 También es importante no masticar directamente sobre el área intervenida.

3. Higiene bucal cuidadosa

 Mantener una buena higiene es fundamental para evitar infecciones.
 Durante las primeras 24 horas, conviene no enjuagarse ni cepillar la zona intervenida.
 A partir del segundo día, puedes hacerlo con colutorios antisépticos sin alcohol y un cepillado muy suave en el resto de la boca.
 En la clínica, te indicaremos cuándo podrás retomar la limpieza completa con normalidad.

4. Evitar tabaco y esfuerzos intensos

El tabaco retrasa la cicatrización y puede comprometer el éxito del injerto, por lo que no se debe fumar nunca durante el periodo de recuperación.

También conviene evitar hacer deporte, levantar peso o agacharse bruscamente durante al menos 15 días, ya que pueden aumentar la presión y dificultar el proceso de integración del injerto. 

5. Revisiones periódicas en clínica

En la Clínica Joana Rosselló realizamos revisiones programadas para controlar la evolución del injerto.
En cada visita comprobamos que el hueso se esté integrando correctamente y que no haya signos de inflamación o molestias anómalas.
Este seguimiento personalizado es clave para garantizar que, al cabo de unos meses, el área esté lista para recibir los implantes dentales.

En la mayoría de los pacientes, la recuperación es sencilla y sin incidentes.
Con una buena planificación quirúrgica, materiales biocompatibles y el cuidado posterior adecuado, el injerto de hueso se integra de forma natural y estable.

En nuestra clínica de Palma, cada caso se trata con un enfoque individualizado, ofreciendo al paciente acompañamiento continuo y atención cercana durante todo el proceso de cicatrización.

¿Cuál es el resultado de un injerto óseo?

Los resultados de un injerto de hueso son, en la mayoría de los casos, altamente satisfactorios y duraderos.
 Gracias a los avances en implantología y a las técnicas de regeneración actuales, hoy podemos afirmar que más del 95 % de los injertos óseos realizados en clínica dental se integran con éxito.

En la Clínica Joana Rosselló, en Palma de Mallorca, esta intervención se ha convertido en un procedimiento habitual dentro de los tratamientos de implantología avanzada.
 Los pacientes que antes habían sido descartados por falta de hueso pueden ahora colocarse sus implantes y recuperar no solo la función masticatoria, sino también la estética de su sonrisa.

Resultados visibles y naturales

 Tras el periodo de integración del injerto (habitualmente de 4 a 6 meses), el nuevo hueso se comporta como si siempre hubiese estado ahí.
 Permite colocar los implantes con total estabilidad y lograr una oclusión equilibrada, sin molestias ni movimientos.
 Además, el soporte óseo regenerado mejora el contorno facial y evita el aspecto “hundido” que suele aparecer tras la pérdida de dientes.

Éxito clínico y mantenimiento a largo plazo

 Cuando se realiza un buen diagnóstico, se emplean materiales biocompatibles y se siguen correctamente las pautas postoperatorias, el injerto de hueso ofrece resultados permanentes.
 Con una correcta higiene oral y revisiones periódicas, los implantes colocados sobre hueso regenerado pueden durar toda la vida.

Tratamos cada caso con un enfoque multidisciplinar que integra implantología, cirugía oral y regeneración ósea, siempre guiados por la prótesis dental definitiva que queremos colocar.

Este planteamiento nos permite planificar cada paso del tratamiento con precisión, asegurando resultados estables y duraderos tanto a nivel funcional como estético.

Beneficio integral: salud, estética y calidad de vida

El injerto óseo no solo permite colocar implantes donde antes era imposible; también devuelve al paciente la seguridad al sonreír, hablar y comer con normalidad.
Es una mejora visible y tangible, que impacta directamente en la calidad de vida y en la confianza personal.

Por eso, más allá de un procedimiento quirúrgico, el injerto de hueso representa una segunda oportunidad para recuperar la sonrisa perdida.

Por qué elegir la Clínica Joana Rosselló para tu tratamiento con injerto óseo

Elegir la clínica adecuada marca la diferencia entre un resultado correcto y un resultado excelente.
 En la Clínica Joana Rosselló, ubicada en Palma de Mallorca, reunimos la experiencia, la tecnología y la cercanía necesarias para que tu tratamiento de injerto óseo sea un proceso seguro, predecible y sin sobresaltos.

Nuestro equipo cuenta con una amplia formación en implantología y regeneración ósea avanzada, y trabajamos con las técnicas más actuales de la odontología moderna.
 Cada caso se estudia de manera personalizada, con una planificación digital detallada que permite anticipar cada paso del procedimiento.

Diagnóstico digital y planificación 3D

 Realizamos un estudio completo en 3D y escáner intraoral, lo que nos permite conocer la densidad y el volumen del hueso con exactitud.
 De este modo, diseñamos un plan quirúrgico adaptado a cada paciente, minimizando riesgos y asegurando la máxima precisión en la regeneración ósea.

Materiales biocompatibles y de última generación

Solo trabajamos con injertos óseos y biomateriales de alta calidad y total seguridad, aprobados clínicamente. Esto garantiza una perfecta integración con el hueso natural y una regeneración estable a largo plazo.

Experiencia y acompañamiento humano

Sabemos que cada paciente llega con sus dudas, sus miedos y su historia.
Por eso, acompañamos cada tratamiento con un enfoque humano y empático, explicando con claridad cada paso y resolviendo todas las preguntas antes, durante y después del procedimiento.
Nuestra prioridad es que te sientas tranquilo, informado y confiado en todo momento.

Resultados predecibles y estética natural

En nuestra clínica de Palma de Mallorca, cientos de pacientes ya han recuperado su sonrisa gracias a los tratamientos de injerto óseo y colocación de implantes realizados en nuestra clínica.
El resultado no solo es funcional —una mordida firme y segura—, sino también estético y natural, devolviendo la armonía facial y la confianza al sonreír.

¿Te han dicho que no tienes suficiente hueso para un implante?
 En la Clínica Joana Rosselló analizamos tu caso con tecnología 3D y te explicamos las opciones de regeneración ósea más adecuadas para ti.
 Recupera tu sonrisa con seguridad, confianza y la garantía de un equipo especializado en implantología avanzada en Palma de Mallorca.

Preguntas frecuentes sobre injertos óseos dentales

¿El procedimiento de colocación de injertos óseos es doloroso?

La intervención para la colocación de injertos de hueso no es dolorosa. Es una cirugía menor cuyo postoperatorio suele cursar prácticamente sin dolor, aunque es frecuente que venga acompañado de un proceso inflamatorio que se manifiesta con una hinchazón considerable.

¿Cuánto tiempo tarda en integrarse un injerto óseo antes de colocar el implante?

El injerto necesita un periodo de osteointegración que suele oscilar entre 4 y 6 meses, aunque en casos con regeneraciones amplias puede extenderse hasta los 9 meses. Durante este tiempo, el material injertado se transforma en hueso propio del paciente, creando una base estable. Intentar colocar el implante antes de que el hueso esté completamente consolidado puede comprometer el éxito del tratamiento, por lo que la planificación y el seguimiento clínico son esenciales.

¿Qué diferencia a un injerto óseo exitoso de uno que no se integra correctamente?

El éxito depende de varios factores: una planificación digital precisa (TAC 3D), el uso de materiales biocompatibles de alta calidad y, sobre todo, la técnica quirúrgica y el manejo adecuado de los tejidos blandos.

¿Qué puedo hacer para asegurar una buena recuperación tras un injerto óseo?

La recuperación depende tanto de la técnica del cirujano como de la colaboración del paciente. Evitar el tabaco, seguir una dieta blanda y equilibrada, mantener una higiene oral controlada y acudir a las revisiones programadas son claves para el éxito del tratamiento.

¿Qué clínica en Palma de Mallorca es experta en injertos óseos dentales?

La Clínica Joana Rosselló, en Palma de Mallorca, es un referente en implantología avanzada y regeneración ósea. Su equipo combina experiencia quirúrgica, tecnología 3D y biomateriales de última generación para realizar tratamientos predecibles, seguros y personalizados.